Hoy aprovechando
que estamos en temporada de alcachofas, vamos a preparar unas sencillas, pero
ricas alcachofas. A la hora de comprar las alcachofas, la mejor manera de
comprobar que son frescas es apretar la zona donde está el rabito y acercarla
al oído. Si al presionarlas cruje quiere decir que están frescas, pero si por
el contrario el dedo se hunde con facilidad, es porque están fofas, también nos
fijaremos si tienen muchas manchas oscuras en esta zona, estas se deben
descartar, porque lo más seguro es que ya no están en condiciones. A este plato
como suelo decir, dependiendo de nuestra imaginación o gusto, le podemos
añadir, unas gambas, almejas, etc. de cualquier forma está muy bueno.
INGREDIENTES:
- 2 k Alcachofas
- 250 ml Vino blanco
- 200 g Beicon
- 1 Cebolla
- 3 Ajos
- 1 Guindilla (opcional)
- 1 Cucharada de harina
- 1 Limón
- Pimientos de piquillo
- Aceite de oliva
- Sal
- Caldo de cocer las alcachofas
PREPARACIÓN:
Lo primero que hacemos es partir nuestro limón en gajos (con piel y
todo), ponemos abundante agua en una cacerola y añadimos el limón que hemos
partido en gajos, estrujándolo un poco. Esta agua con el limón la vamos a utilizar,
para poner las alcachofas y evitar que se nos oxiden o se pongan negras. A
continuación cortamos un poco del tallo y el resto lo pelamos un poco, sin
comerse el corazón. Seguidamente limpiamos nuestras alcachofas,
quitándole todas las hojas verdes, por lo menos dos capas de hojas, hasta que
veamos que las hojas son tiernas, si fuera necesario quitamos más capas. Las
partimos por la mitad y le cortamos un poquito las puntas. Según las vamos
pelando las ponemos en la cacerola que tenemos con el agua y el limón, para que
no se nos pongan negras.
A
continuación ponemos en una cacerola de acero inoxidable nuestras alcachofas,
añadimos agua suficiente, hasta que las cubra, añadimos un poco de sal llevamos al fuego y cocemos unos 20 minutos,
hasta que estén tiernas. Para evitar que cuando estén cociendo floten en
la superficie y se oscurezcan, las cubrimos con una tapadera o plato más
pequeño, para que las alcachofas no pierdan el contacto con el agua. Una vez
cocidas las sacamos del agua de la cocción, reservando un poco del agua donde
las hemos cocido.
Seguidamente pelamos y picamos finamente, nuestra cebolla y los ajos.
Ponemos un poquito de aceite en una cacerola, llevamos al fuego y añadimos la
cebolla y el ajo que hemos picado, añadimos también la guindilla (si hemos optado en
ponerla) salamos y sofreímos a fuego medio, dándole vueltas con una cuchara de
madera o silicona.
Una vez que tenemos pochadita la cebolla con el ajo, añadimos los 200 g
de beicon y sofreímos uno o dos minutos todo junto. Seguidamente añadimos a la cacerola la
cucharada de harina, dándole un par de vueltas con la cuchara, para que se
sofría un pelín y mate el sabor de la harina cruda.
A continuación añadimos los
250 ml de vino blanco y dejamos cocer un poquito para que se evapore el alcohol.
Seguidamente añadimos nuestras alcachofas, damos unas vueltas y añadimos un
poco del caldo de la cocción que teníamos reservado, comprobamos el punto de
sal rectificando si fuera necesario y dejamos cocer unos 8 o 10 minutos.
Pasado este tiempo cortamos unas tiras de pimiento de piquillo y se las ponemos
por encima.
Con esto solo nos queda llevar a la mesa y disfrutar de estas ricas
y sanas alcachofas.
Paco tienen una pinta bárbara. Me guardo la receta que a mi madre le van a encantar
ResponderEliminar¡Besos mil!
Grande Paco, hiciste una buena receta de Friuli (Italia).
ResponderEliminar- De nosotros el beicon es igual a la panceta y las alcachofas las cocinamos así.
Un cariñoso abrazo de Rosetta.
Este guiso de alcachofas, esta divino.
ResponderEliminar¡Hola, Paco!
ResponderEliminarCasi comenzando el año, y ya poniendo en la lista de pendientes recetas. Esta tuya, va seguro. Además, me encanta que hayas explicado como mirar el frescor de la alcachofa, como limpiarla y cocerla, me viene genial.
¡Felicitaciones!
¡Besotes y feliz jueves!