Terrina de manos de cerdo

Hoy vamos a preparar unas manos de cerdo, pero un poco más sofisticadas y con una apariencia mucho más rica. Lo bueno o malo, depende como se mire es que al estar deshuesadas, las comeréis muncho mas fácil y disfrutareis mucho mas del plato. Como veréis no es nada complicada su preparación. Yo les he preparado una salsa de piquillo y mostaza, pero podemos acompañarlas de cualquier otra salsa que nos guste, tomate, vizcaína, etc.

 

 

INGREDIENTES:

      - 6 Manos de cerdo (partidas por la mitad)

      - 2 Zanahorias

      - 1 Cebolla

      - 6 Clavos

      - 8 Granos pimienta

      - 5 Ajos

      - 1 Hoja de laurel

      - 1 o 2 Huevos

      -200 ml Nata

      - 100 ml Kétchup

      - 3 Pimientos de piquillo

      - 1 ½  Cucharadas de mostaza

      - Poquito de harina

      - Aceite de oliva

      - Sal

 

PREPARACIÓN:

      Lo primero que hacemos es lavar muy bien nuestras manos de cerdo, aunque hoy en día no suelen venir muy sucias, es conveniente tenerlas un ratito en agua con un chorro de vinagre, aclarándolas varias veces. Cuando las tengamos bien limpias las ponemos en la olla a presión cubiertas de agua, le añadimos las zanahorias enteras, los 5 dientes de ajos, la hoja de laurel, los 8 granos de pimienta, la cebolla pelada partida en dos pinchando en ella los clavos, salamos y llevamos al fuego, tapamos la olla y dejamos cocinar, una vez que empiece a pitar, unos 55 o 60 minutos. Si las cocemos en una cacerola que no sea a presión por lo menos tienen que cocer una hora y media o dos.

 

 

      Una vez que las tengamos cocidas, retiramos la olla del fuego y dejamos enfriar un poco. Cuando la olla haya enfriado y la podamos abrir, sacamos las manos de cerdo y las ponemos a escurrir en un colador, desechando, la pimienta, cebolla, clavo, etc. A continuación cuando las manos hayan escurrido y ya no quemen, las deshuesamos con ayuda de las manos bien limpias o con un cuchillo, procurando no dejar ningún huesecillo ayudándonos del tacto. Según las vamos deshuesando las vamos depositando en la terrina o cuenco, montándolas en capas y presionando cada trozo que pongamos, rellenando todos los huecos con los recortes, procurando poner la primera capa con la piel hacia abajo. 

 

 

      Seguidamente cubrimos las manos deshuesadas y ya colocadas en la terrina o cuenco con papel film, colocando sobre ellas algo de peso (botes, brik de leche, etc.), las metemos en el frigorífico de un día para otro para que se endurezca bien, formando un solo cuerpo.

 

 

      Para preparar la salsa picamos los pimientos de piquillo, ponemos una cucharada de aceite en una sartén, añadimos los pimientos partidos y sofreímos un poquito, a continuación añadimos los 200 ml de nata, los 100 ml de kétchup la 1 ½ cucharada de mostaza y un poquito de sal, dejando cocinar unos 7 minutos hasta que reduzca un poco y dándole vueltas de vez en cuando. Cuando este la salsa lista retiramos del fuego y con ayuda de la batidora, trituramos bien y la ponemos en una salsera.

 

 

      Seguidamente desmoldamos nuestra terrina y la partimos en rodajas de 1 cm de grosor aproximadamente.

 

 

      A continuación batimos el huevo y ponemos un poquito de harina en un plato. Ponemos abundante aceite en una sartén la llevamos al fuego, cuando este bien caliente vamos friendo las rodajas de manos de cerdo, pasándolas primeramente por harina y huevo. Veremos que se doran rápidamente (si las dejamos mucho tiempo veremos que salta mucho al derretirse el jugo). Según las vamos friendo las depositamos sobre papel de cocina para que suelten bien todo el aceite.

 

 

      Una vez fritas cubrimos la bandeja del horno con papel sulfurizado o de hornear, colocando sobre el las rodajas. Seguidamente metemos en el horno que tenemos previamente precalentado a 200 º, si es posible con aire o calor circular unos 7 u 8 minutos, para que se calienten por dentro hasta la hora de servir.

 

 

      Una vez que las tengamos listas retiramos del fuego y servimos acompañadas de la salsa de piquillo y mostaza, bien regándolas por encima o llevando la salsera a la mesa y que cada uno se sirva la cantidad de salsa que desee.

 

 

¡Ricas, ricas, ricassssssssssssssssss!